La sanación benedictina tiene sus orígenes en los antiguos monasterios benedictinos, y desde entonces, fue utilizado para acompañar a las personas en su camino hacia el bienestar, especialmente a quienes vivían con condiciones crónicas, angustias y diversas patologías que se somatizaban en el cuerpo. 

Esta técnica utiliza la fuerza divina para expandirse y producir calma. 

La sanación benedictina es un método espiritual que se basa en la imposición de manos, el uso de la medalla de San Benito y el poder de la oración. Se puede realizar de forma presencial o a distancia. 

Favorece un proceso de armonización que se manifiesta desde planos sutiles hasta el cuerpo físico, y se utiliza como apoyo en momentos de enfermedad, desequilibrios emocionales o disturbios mentales.